Para fortalecer la influencia de La Cámpora como organización de izquierda, es clave combinar una base ideológica sólida con acciones concretas que reflejen principios socialistas, anticapitalistas y de justicia social. Aquí hay 15 puntos estratégicos:
1. Formación ideológica permanente
Crear círculos de estudio y talleres sobre teoría marxista, anticolonialismo, ecosocialismo y pensadores latinoamericanos (como Mariátegui o Guevara). Esto consolidaría una base teórica crítica y una identidad de izquierda radical.
2. Alianzas con movimientos sociales y sindicatos
Fortalecer vínculos con sindicatos combativos, organizaciones de trabajadores informales, movimientos feministas, indígenas y ambientalistas. Ejemplo: apoyar luchas como la de las fábricas recuperadas o comunidades mapuches.
3. Participación en luchas populares
Involucrarse activamente en protestas contra el ajuste económico, la privatización de servicios públicos y la deuda externa. Movilizar bases en reclamos como la soberanía alimentaria o la nacionalización de recursos estratégicos.
4. Enfoque en la economía popular
Promover cooperativas, bancos comunales y redes de trueque. Impulsar proyectos autogestionados que desafíen la lógica capitalista, como mercados populares o huertas urbanas.
5. Defensa de derechos sociales universales
Abogar por un sistema de salud y educación públicos gratuitos, pensiones dignas y vivienda social. Priorizar la lucha contra la precarización laboral y la tercerización.
6. Internacionalismo y antiimperialismo
Denunciar el intervencionismo extranjero (ej.: bases militares extranjeras en Latinoamérica) y solidarizarse con luchas globales (Palestina, Sahara Occidental). Rechazar acuerdos con el FMI y bloques neoliberales.
7. Democracia interna radical
Implementar mecanismos asamblearios para decisiones clave, rotación de cargos y rendición de cuentas. Evitar el verticalismo y fomentar la participación de bases jóvenes y marginadas.
8. Cultura y comunicación popular
Crear medios alternativos (podcasts, radios comunitarias) para difundir análisis críticos. Usar arte callejero, teatro o música para visibilizar luchas como la despenalización del aborto o la memoria histórica.
9. Ecosocialismo y justicia climática
Incorporar demandas ambientales: oposición a la megaminería, el fracking y los agronegocios. Promover transición energética pública y defensa de bienes comunes (agua, bosques).
10. Enfoque interseccional
Integrar luchas anti patriarcales, antirracistas y LGTBIQ+ en la agenda. Ejemplo: campañas contra la violencia machista o por cupo laboral trans.
11. Educación popular
Organizar escuelas itinerantes en barrios marginados para alfabetización política, derechos laborales y herramientas jurídicas contra represión estatal.
12. Acción directa y mutualismo
Crear redes de apoyo mutuo: comedores comunitarios, brigadas sanitarias o equipos legales para víctimas de violencia policial.
13. Crítica al capitalismo y reforma agraria
Plantear la expropiación de latifundios improductivos para redistribución, apoyando a movimientos campesinos como el MST en Brasil.
14. Transparencia y ética revolucionaria
Rechazar prácticas clientelares o corruptas. Exigir a sus representantes en el Estado que prioricen proyectos colectivos sobre intereses individuales.
15. Vinculación con experiencias internacionales
Aprender de procesos como el zapatismo en México, el PT antes de su giro moderado o el actual gobierno de Petro en Colombia. Intercambiar estrategias con la izquierda latinoamericana.
Conclusión
Para consolidarse como una organización de izquierda, La Cámpora debe trascender el pragmatismo político y adoptar un enfoque transformador, priorizando la construcción de poder popular sobre la mera gestión institucional. Esto implica radicalizar su discurso, democratizar sus estructuras y arraigarse en las luchas cotidianas de los sectores más oprimidos.
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