El PRT-ERP fue la única guerrilla que fusionó tres herejías:
Democracia de Kronstadt (anti-burocrática).
Territorialidad de Shanghái (soviet como poder dual).
Ética guevarista (hombre nuevo como soldado-colectivo).
Su fracaso militar no anula su victoria teórica: demostró que la revolución es un collage de insurgencias, no un dogma. Hoy, cuando los movimientos autónomos zapatistas o rojava beben de esta síntesis, el fantasma del PRT sonríe desde la historia.
"La verdadera ortodoxia es la herejía que incendia el presente para alumbrar futuros." — Santucho, Carta a los obreros de Fiat, 1973.
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