Hacia una Ontología Política del Acontecimiento: La Doble Lucha desde una Perspectiva Deleuziana
La "doble lucha" por la Asamblea Constituyente en el Perú no puede reducirse a una mera estrategia en dos frentes (táctica/hegemónica y estratégica/ética). Para comprender su profundidad, es necesario adentrarse en una ontología política que reconfigure nuestra comprensión de lo real. Aquí, la filosofía de Gilles Deleuze –especialmente desarrollada en Lógica del Sentido y *Mil Mesetas– ofrece un arsenal conceptual radical para pensar la política no como dialéctica de identidades, sino como combate por la producción de lo real mismo. Este marco se articula de manera poderosa con las contribuciones de Gramsci, Mariátegui y Guevara, creando un todo teórico coherente y potente.
I. Deleuze: Una Cartografía de lo Real como Producción
Para Deleuze, la realidad no es un conjunto de cosas estáticas, sino un flujo constante de fuerzas y procesos de producción. Dos planos se entrelazan sin confundirse:
El Plano de la Actualidad (Los Estados de Cosas): Es el mundo de las formas estabilizadas, las instituciones, las identidades fijas y las organizaciones jerárquicas. Es el territorio de lo que "es". En política, este plano corresponde al Estado, los partidos políticos, el sistema legal vigente, la estructura económica neoliberal. Es un "cuerpo orgánico": un organismo con funciones definidas y jerarquías claras. La política tradicional opera aquí, buscando reformas, ganando elecciones o gestionando el poder existente.
El Plano de la Inmanencia (El Acontecimiento): Este es el concepto más crucial y difícil de Deleuze. El Acontecimiento (o "Evento") no es lo que sucede (un estado de cosas), sino el sentido puro, la potencialidad o la virtualidad que se extrae de lo que sucede. Es el campo de lo que puede llegar a ser. Deleuze lo compara con una "singularidad": un punto de inflexión en la curva de lo posible, un umbral donde lo real puede tomar una dirección completamente nueva. El Acontecimiento tiene la realidad de un Cuerpo sin Órganos (CsO): no es un organismo estructurado, sino un plano de consistencia liso, una superficie de intensidades y potencialidades donde nuevas conexiones, nuevos afectos y nuevas formas de vida pueden emerger. Es pura potencia creativa, anterior a cualquier estructuración.
Aplicación al Caso Peruano:
La Asamblea Constituyente, en este marco, debe ser pensada en dos registros simultáneos:
Como estado de cosas: Su eventual convocatoria, su reglamento, la elección de sus miembros, el texto final que redacte. Esto pertenece al plano de la actualidad.
Como Acontecimiento: Es la potencia constituyente misma, el "devenir-revolución" del pueblo peruano. Es un CsO social: la potencialidad pura de un nuevo pacto social, de nuevas relaciones jurídicas, de una nueva subjetividad colectiva. Esta potencia ronda la historia del Perú como una posibilidad siempre presente, que las luchas actuales intentan actualizar.
La verdadera "doble lucha" es, entonces, la tensión creativa entre mantenerse fiel al Acontecimiento (a la potencia constituyente) y negociar necesariamente con los estados de cosas (la guerra de posición gramsciana). Quien solo mira los estados de cosas cae en un realismo impotente que reproduce el orden existente; quien solo mira el Acontecimiento cae en un idealismo abstracto e ineficaz.
II. La Guerra de Posición Gramsciana re-leída por Deleuze: La Lucha por el "Sentido Común" como Producción de Realidad
La hegemonía de Gramsci –el liderazgo intelectual y moral de una clase– puede ser reinterpretada en clave deleuziana como la imposición de un "régimen de enunciación" dominante. Este régimen es una máquina abstracta que produce el "sentido común" de una época, codificando los flujos de deseo, riqueza y subjetividad.
El Neoliberalismo como Máquina Abstracta: En el Perú, la máquina abstracta neoliberal ha producido un CsO social específico: un cuerpo social "capturado" por el individualismo, el consumismo y la competencia. Ha moldeado un "sentido común" donde el modelo extractivista, la precariedad laboral y la Constitución de 1993 se naturalizan como lo único posible. Es una máquina que genera territorializaciones: fija identidades (consumidor, emprendedor), segmenta el espacio social y bloquea los flujos de solidaridad.
La Tarea Contra-Hegemónica como Construcción de un Nuevo Agenciamiento Colectivo: La lucha no es solo imponer una nueva ideología, sino construir un nuevo "agenciamiento colectivo de enunciación". Un agenciamiento es un conjunto de cuerpos, enunciados, territorios y máquinas que actúan conjuntamente. Este agenciamiento debe ser un rizoma.
¿Qué es un Rizoma? A diferencia de un árbol con raíz única y jerarquía (modelo de los partidos verticales tradicionales), un rizoma es una red subterránea y aérea que conecta puntos cualesquiera. No tiene centro, ni jerarquía, ni un plan maestro. Crece por conexiones laterales e imprevisibles. Un movimiento rizomático conecta la lucha de una comunidad indígena en la sierra con la de un colectivo feminista en Lima, con la de un grupo de jóvenes artistas en una universidad pública, sin subordinarlas a una vanguardia central.
El Referéndum como "Cristal de Tiempo": La vía del referéndum no es un mero trámite jurídico. Es un cristal de tiempo, un punto singular donde el Acontecimiento (la potencia constituyente) puede, por un momento, actualizarse en el estado de cosas. Es el momento de la actualización, donde la "Guerra de Posición" logra crear una nueva línea de segmentación en el cuerpo social, una fractura a partir de la cual lo impensable (una nueva fundación) deviene posible. Es una lucha por robarle el sentido al régimen neoliberal y producir un nuevo sentido común: que la soberanía reside en el pueblo y que este tiene el derecho a darse una nueva Constitución.
III. Mariátegui y Guevara: La Producción del "Hombre Nuevo" como Cuerpo sin Órganos y Devenir-Revolucionario
La ética del "Hombre Nuevo" guevariana y el socialismo indo-américano mariateguista encuentran en Deleuze una profundización ontológica que los libera de lecturas moralizantes o folklorizantes.
Mariátegui y la "Creación Heroica" como Devenir: Su rechazo al "calco y copia" es un principio deleuziano fundamental. El socialismo no es un modelo universal a aplicar, sino un devenir que debe ser creado a partir de las singularidades de un territorio. El Estado Plurinacional no es una mera reforma administrativa; es la creación de un nuevo cuerpo social como CsO. Es un plano de consistencia donde múltiples singularidades (las naciones originarias, las urbanas, los campesinas) pueden co-componerse sin perder su diferencia, rompiendo la máquina binaria y jerárquica del Estado-nación oligárquico. "Peruanicemos al Perú" significa, entonces, producir Perú como un Acontecimiento siempre nuevo, no repetir un modelo esencialista. La lucha cultural en Amauta fue un ejercicio de cartografía: mapear y conectar las líneas de fuerza culturales y sociales del país para producir un nuevo agenciamiento nacional.
Guevara y el Cuerpo sin Órganos Revolucionario: El "Hombre Nuevo" no es un ideal moral abstracto, sino la producción de un nuevo tipo de cuerpo, un CsO revolucionario. Es un cuerpo que ha desorganizado los "órganos" del deseo capitalista (la competencia, el consumo, el egoísmo) para convertirse en una superficie de conexión solidaria y lucha colectiva. La revolución en la subjetividad es, en términos deleuzianos, una desterritorialización del psiquismo colonial y neoliberal. Es un proceso de desmontar las estructuras internas que nos atan al sistema, para permitir devenires inéditos: devenir-indígena el mestizo, devenir-pueblo el intelectual, devenir-internacionalista el localista. El militante, en este sentido, es un "devenir-revolucionario" que escapa a las subjetividades prefabricadas. Es un nómada que recorre y defiende el nuevo territorio existencial que está ayudando a crear.
IV. Síntesis: La Fidelidad al Acontecimiento y la Paciencia Estratégica
La praxis política radical en el Perú contemporáneo exige, por lo tanto, una doble fidelidad que opera en los dos planos de lo real:
Fidelidad al Acontecimiento: Mantenerse fiel a la potencia pura de la Asamblea Constituyente, a su carácter de singularidad revolucionaria. Esto implica una ética de la creación y el riesgo, una voluntad de pensar lo impensable y de no claudicar ante la "razón" del estado de cosas existente. Es la dimensión guevariana y mariateguista de la lucha, la que apunta a la fundación de lo nuevo.
Paciencia Estratégica con los Estados de Cosas: Librar la "guerra de posición" con la astucia gramsciana, construyendo el agenciamiento colectivo rizomático, ganando el referéndum como una batalla crucial en la superficie de lo actual. Esto requiere tactical, organización y la capacidad de conectar luchas dispersas en un bloque histórico contrahegemónico, sin nunca creer que la batalla final se juega solo en este plano.
El "todo armónico" entre Gramsci, Mariátegui, Guevara y Deleuze se revela así: la lucha es, simultáneamente, por la hegemonía en el plano de lo actual (los estados de cosas, la cultura, las instituciones) y por la producción de un nuevo plano de inmanencia (el Acontecimiento del Perú plurinacional y socialista, el Cuerpo sin Órganos de un pueblo en devenir-revolución). Solo en esta tensión creativa, en esta fidelidad a la vez ética y estratégica, reside la posibilidad de una verdadera fundación que supere la crisis orgánica del Perú neoliberal. La doble lucha deja de ser una consigna para convertirse en la praxis concreta de una ontología política de la liberación.
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Hacia una Ontología Política del Acontecimiento: La Doble Lucha desde una Perspectiva Deleuziana y su Sorpresiva Complementariedad con Mao
La "doble lucha" por la Asamblea Constituyente en el Perú no puede reducirse a una mera estrategia en dos frentes. Para comprender su profundidad, es necesario adentrarse en una ontología política que reconfigure nuestra comprensión de lo real. Aquí, la filosofía de Gilles Deleuze –especialmente desarrollada en Lógica del Sentido y Mil Mesetas– ofrece un arsenal conceptual radical para pensar la política no como dialéctica de identidades, sino como combate por la producción de lo real mismo. Este marco, de manera sorprendente, se articula de modo profundo y coherente con las contribuciones de Gramsci, Mariátegui, Guevara y, de forma crucial y a menudo inadvertida, con el pensamiento y la praxis de Mao Tse Tung.
I. Deleuze: Una Cartografía de lo Real como Producción. El Acontecimiento y los Estados de Cosas
Para Deleuze, la realidad no es un conjunto de cosas estáticas, sino un flujo constante de fuerzas y procesos de producción. Dos planos se entrelazan sin confundirse. Por un lado, está el Plano de la Actualidad (Los Estados de Cosas): el mundo de las formas estabilizadas, las instituciones, las identidades fijas y las organizaciones jerárquicas. Es el territorio de lo que "es". En política, este plano corresponde al Estado, los partidos políticos, el sistema legal vigente, la estructura económica neoliberal. Es un "cuerpo orgánico": un organismo con funciones definidas y jerarquías claras.
Por el otro, existe el Plano de la Inmanencia (El Acontecimiento): Este es el concepto más crucial. El Acontecimiento no es lo que sucede (un estado de cosas), sino el sentido puro, la potencialidad o la virtualidad que se extrae de lo que sucede. Es el campo de lo que puede llegar a ser. Deleuze lo compara con una "singularidad": un punto de inflexión en la curva de lo posible. El Acontecimiento tiene la realidad de un Cuerpo sin Órganos (CsO): no es un organismo estructurado, sino un plano de consistencia liso, una superficie de intensidades y potencialidades donde nuevas conexiones y nuevas formas de vida pueden emerger. Es pura potencia creativa.
Aplicación al Caso Peruano:
La Asamblea Constituyente, en este marco, debe ser pensada en dos registros simultáneos. Como estado de cosas: su eventual convocatoria, su reglamento, el texto final. Y como Acontecimiento:
la potencia constituyente misma, el "devenir-revolución" del pueblo
peruano. Es un CsO social: la potencialidad pura de un nuevo pacto
social. La verdadera "doble lucha" es la tensión creativa entre mantenerse fiel al Acontecimiento (a la potencia constituyente) y negociar necesariamente con los estados de cosas (la guerra de posición gramsciana).
II. La Guerra de Posición Gramsciana re-leída por Deleuze: La Lucha por el "Sentido Común" como Producción de Realidad
La hegemonía de Gramsci puede ser reinterpretada en clave deleuziana como la imposición de un "régimen de enunciación" dominante. Este régimen es una máquina abstracta que produce el "sentido común". En el Perú, la máquina abstracta neoliberal ha producido un CsO social "capturado" por el individualismo y el consumismo.
La tarea contra-hegemónica es, entonces, construir un nuevo "agenciamiento colectivo de enunciación". Este agenciamiento debe ser un rizoma. A diferencia de un árbol con raíz única (modelo de los partidos verticales), un rizoma es una red que conecta puntos cualesquiera sin centro ni jerarquía. Un movimiento rizomático conecta la lucha de una comunidad indígena con la de un colectivo feminista en Lima, con la de jóvenes artistas, sin subordinarlas a una vanguardia central.
El Referéndum es, en este esquema, un "cristal de tiempo": un punto singular donde el Acontecimiento (la potencia constituyente) puede actualizarse en el estado de cosas. Es la lucha por robarle el sentido al régimen neoliberal y producir un nuevo sentido común.
III. Mariátegui y Guevara: La Producción del "Hombre Nuevo" como Cuerpo sin Órganos y Devenir-Revolucionario
La ética del "Hombre Nuevo" guevariana y el socialismo indo-américano mariateguista encuentran en Deleuze una profundización ontológica. El Estado Plurinacional no es una mera reforma administrativa; es la creación de un nuevo cuerpo social como CsO, donde múltiples singularidades pueden co-componerse sin perder su diferencia. "Peruanicemos al Perú" significa producir Perú como un Acontecimiento siempre nuevo.
El "Hombre Nuevo" guevariano es la producción de un nuevo tipo de cuerpo, un CsO revolucionario que ha desorganizado los "órganos" del deseo capitalista. La revolución en la subjetividad es una desterritorialización del psiquismo colonial. El militante es un "devenir-revolucionario" que escapa a las subjetividades prefabricadas.
IV. La Sorpresiva y Poderosa Compatibilidad con el Pensamiento y la Praxis de Mao Tse Tung
Lejos de la caricatura que lo reduce a un teórico de la guerra, el maoísmo ofrece una sofisticada caja de herramientas para la práctica revolucionaria que complementa y materializa las intuiciones del marco anterior.
1. El "Análisis Concreto de la Situación Concreta" y la Línea de Masas como Praxis Deleuziana:
La
consigna fundamental de Mao, "investigar la realidad concreta", es la
operacionalización práctica del llamado de Mariátegui a una "creación
heroica" y a rechazar el "calco y copia". Implica un estudio riguroso y
siempre renovado de las fuerzas sociales, económicas y culturales
específicas del Perú. Esto no es un mero diagnóstico, sino una cartografía activa de las potencias y los bloqueos en el cuerpo social, un ejercicio de esquizoanálisis aplicado a la nación.
La "Línea de Masas" ("de las masas, a las masas") es el método práctico para construir el "agenciamiento colectivo" deleuziano. Consiste en sintetizar las ideas dispersas y a menudo incoherentes de las bases populares, refinarlas en una línea política coherente, y luego devolver esta línea a las masas para que la adopten como propia y la pongan en práctica. Es la praxis viva de la "Guerra de Posición" gramsciana, la tecnología concreta para tejer el rizoma, escuchando y conectando los distintos puntos de la red sin imponer un plan abstracto desde arriba.
2. La "Guerra Popular Prolongada" como Guerra de Posición y Devenir-Revolucionario:
La lectura superficial de Mao la reduce a la lucha armada. Sin embargo, su esencia es la construcción metódica y paciente de poder popular
en todos los espacios de la sociedad, creando "bases de apoyo"
políticas y culturales antes del enfrentamiento final. Esto es
totalmente coherente con la "Guerra de Posición". La vía del referéndum y
la Asamblea Constituyente puede entenderse, en un contexto no
insurreccional, como una "guerra prolongada" por la hegemonía, donde se
construye una "base de apoyo" social mayoritaria que haga inevitable el
cambio. Es una estrategia de cerco cultural e ideológico al Estado oligárquico.
3. La Teoría de la Contradicción y el Cuerpo sin Órganos Social:
Mao enseña a analizar las contradicciones. Identificar la contradicción principal (el núcleo del orden oligárquico-neoliberal) y las contradicciones secundarias
(las opresiones específicas de género, raza, ecología) proporciona un
método dialéctico concreto para cartografiar el CsO social en sus luchas
divergentes sin perder el objetivo estratégico. Permite articular las
luchas sin subsumirlas en un reduccionismo economicista, entendiendo su
especificidad y sus interconexiones, tal como lo reclama una praxis
revolucionaria contemporánea. El proceso de resolver estas
contradicciones a través de la lucha es, en sí mismo, la forja del
"Hombre Nuevo" y la desterritorialización de la subjetividad colonizada.
Conclusión: La Síntesis Práctica. Filosofía como Arma y la Construcción del Poder Popular
La praxis política radical en el Perú contemporáneo exige, por lo tanto, una doble fidelidad que opera en los dos planos de lo real: fidelidad al Acontecimiento constituyente y paciencia estratégica con los estados de cosas.
La incorporación del pensamiento maoísta a este arsenal teórico no es un regreso al pasado, sino una actualización estratégica. Proporciona el eslabón metodológico perdido entre la alta teoría filosófica (Deleuze), la estrategia de lucha cultural (Gramsci) y el proyecto histórico de liberación nacional (Mariátegui). Mao aporta el manual de instrucciones para la "doble lucha": enseña a analizar lo concreto, a escuchar al pueblo a través de la Línea de Masas y a construir poder desde la base.
En este sentido, la praxis pacífica hacia la Asamblea Constituyente, lejos de ser ajena al maoísmo, es su actualización más fiel en el contexto peruano contemporáneo: una Guerra Popular Prolongada en el terreno de la hegemonía, cuyo objetivo final es la fundación de un nuevo Perú, soberano, plurinacional y con justicia social. El "todo armónico" se revela así: la lucha es simultáneamente por la hegemonía en el plano de lo actual y por la producción de un nuevo plano de inmanencia. Solo en esta tensión creativa reside la posibilidad de una verdadera fundación.
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