🧠 Los Ejes del Pensamiento Foucaultiano Según Deleuze
Deleuze no busca explicar a Foucault, sino extraer de su obra una caja de herramientas conceptuales que funcionen. Para ello, identifica tres ejes fundamentales en el pensamiento de Foucault que no se suceden, sino que se pliegan y se conectan: el saber, el poder y la subjetivación .
El Eje del Saber: La No-Relación entre lo Visible y lo Decible
El primer gran hallazgo de Deleuze en su lectura de Foucault es la afirmación de un diferencialismo radical. Foucault no parte de unidades (el hombre, la sociedad), sino de diferencias irreductibles. La más fundamental es la que existe entre dos formas heterogéneas: la forma de lo Visible (la luz, que ilumina los cuerpos, los gestos, los comportamientos) y la forma de lo Decible (el lenguaje, que permite la emisión de enunciados) .
Deleuze subraya que no hay isomorfismo entre ellas. Un enunciado no "representa" una cosa visible, y lo visible no "contiene" su propio discurso. La famosa pintura de Magritte, "Esto no es una pipa", es el ejemplo perfecto: el enunciado contradice la visibilidad de la pipa, mostrando la grieta que los separa . Esta es una crítica feroz a la fenomenología y su principio de intencionalidad (toda conciencia es conciencia de algo), pues el enunciado no apunta a un objeto exterior, sino que su objeto es una variable intrínseca a él mismo .
Sin embargo, estas dos formas no-relacionadas se entrelazan en lo que Foucault llama saber (savoir). El saber no es el conocimiento científico (connaissance), sino la armazón histórica, el suelo anónimo y pre-subjetivo a partir del cual se recortan, en una época dada, lo que puede ser visto y lo que puede ser dicho . Este saber es un "a priori histórico"; no es una condición de validez para los juicios, sino una condición de realidad para los enunciados y las visibilidades .
El Eje del Poder: El Afuera y los Diagramas
Si el saber es el estrato, la dimensión donde lo visible y lo enunciable se pliegan en formaciones históricas, la pregunta que Deleuze le plantea a Foucault es: ¿qué fuerza las conexiones entre estos dos elementos dispares? La respuesta es el poder.
Deleuze conceptualiza el poder no como una sustancia o una propiedad, sino como una relación de fuerzas inmanente a todo el campo social. Lo llama "el Afuera". El Afuera no es un espacio exterior, sino el espacio inmanente de las fuerzas en conflicto, un "espacio táctico" anterior a todo estrato. Es una pura función de no-localización que precede a las formas localizadas del saber .
El poder es, por tanto, diagramático. Un diagrama es la cartografía de una relación de fuerzas. No es ni visible ni enunciable, pero funciona como una máquina abstracta que "hace ver" y "hace hablar" de determinada manera, instaurando en cada época dispositivos concretos (la prisión, la fábrica, la escuela) que encarnan ese diagrama . Como señalan en su conversación, la prisión es el lugar donde el poder se muestra en su "estado desnudo", de manera cínica e infantil, justificándose como una fuerza moral . Este análisis del poder no es una teoría sobre el poder, sino una práctica local de lucha que busca socavarlo allí donde es más invisible .
El Eje de la Subjetivación: El Plegamiento y la Línea de Fuga
Finalmente, Deleuze se pregunta: si el saber nos constituye y el poder nos determina, ¿dónde queda la posibilidad de la resistencia y la creación? La respuesta está en el tercer eje: los procesos de subjetivación.
La subjetividad no es una esencia interior, sino el resultado de un plegamiento . La fuerza del Afuera (el poder) se dobla para crear un "adentro", un espacio de interioridad. Pero este plegamiento no es una mera sumisión; es también el punto desde el cual puede surgir una línea de fuga. La subjetivación es, entonces, el arte de "pensar lo impensado" , de plegar la fuerza del Afuera para crear una vida que no se reduce a ser un mero objeto del poder o del saber.
La ética, en este marco, es la práctica que consiste en crear modos de existencia que resistan a los dispositivos de poder y saberes dominantes. El sujeto no es lo dado, sino lo que está por hacer, una obra de arte ético-estética.
🛠️ Conclusión: Foucault como Caja de Herramientas
La lectura deleuziana de Foucault es, en sí misma, un acto de creación filosófica. Nos lega una caja de herramientas conceptuales de una potencia extraordinaria:
Un método diferencialista que nos permite analizar las grietas y las no-relaciones en lugar de las unidades y las totalidades.
Una teoría diagramática del poder que lo localiza como una función estratégica y productiva, no solo represiva.
Una ética del plegamiento y la subjetivación que abre la posibilidad de crear modos de vida que escapen a los dispositivos dominantes.
Deleuze no nos da un manual para aplicar, sino un rizoma conceptual que nos invita a conectar el análisis foucaultiano con nuestras propias luchas, a usar sus conceptos como lentes para ver nuestro presente y como armas para transformarlo. Como él mismo dijo, una teoría "debe ser útil, debe funcionar. Y no por sí misma" . La vigencia de este Foucault-Deleuze reside precisamente en esa capacidad para funcionar aquí y ahora, como una máquina de guerra contra toda tiranía, incluso las más sutiles.
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